La
psicoterapia puede ser un estupendo complemento al tratamiento farmacológico
del trastorno bipolar. Sin embargo, existen distintos tipos de psicoterapia,
las cuales pueden variar en aspectos importantes, tanto teóricos
como prácticos, y eso hace que no todas las psicoterapias
tengan la misma efectividad para todos los problemas psicológicos
o psiquiátricos que existen.
En
el caso específico de los trastornos del ánimo,
existen estudios grandes que avalan la efectividad de algunos
tipos de psicoterapia para la depresión, por ejemplo. Se
ha demostrado que la terapia cognitivo-conductual y la terapia
interpersonal son tan eficaces como los fármacos para el
tratamiento de la depresión mayor.
Para
quienes se encuentran más hacia la derecha en el continuo
del espectro bipolar, se han desarrollado cinco tipos de terapia
que representan variaciones de la terapia cognitivo-conductual
e interpersonal, adaptadas específicamente para abordar
los síntomas de manía e hipomanía, además
de la depresión propiamente tal.
1.
Detección de la fase prodrómica
Se trata de una herramienta desarrollada para que el propio paciente
sea capaz de detectar cambios sutiles en su estado de ánimo,
indicadores de un eventual episodio maníaco, hipomaníaco
y/o depresivo.
2.
Terapia del ritmo social
Esta herramienta busca regularizar el funcionamiento del reloj
biológico interno. Como se sabe que la irregularidad en
los horarios de sueño es uno de los factores más
importantes en las alteraciones del ánimo, se busca crear
una regularidad en cuanto a los patrones de sueño.
3.
Psicoeducación
Se trata de un programa estructurado, en el que, a lo largo de
21 sesiones, se busca educar de la forma más completa a
los pacientes. Para ello, en cada sesión se aborda un tema,
entre los cuales se incluen: "qué es la enfermedad
bipolar", "síntomas maníacos, hipomaníacos
y depresivos", "tratamiento", "detección
temprana de episodios maníacos e hipomaníacos",
"técnicas de manejo del estrés", etc.
4.
Psicoterapia Cognitivo-Conductual
Varios estudios importantes (con un gran número de pacientes)
han demostrado que este tipo de terapia es tan efectiva como los
antidepresivos para el tratamiento de la depresión leve
a moderada. (Lee de nuevo el parrafo anterior, mucha gente no
tiene idea que la psicoterapia puede funcionar tan bien como los
medicamentos). Existen modalidades de terapia CC específicamente
desarrolladas para el tratamiento de las variantes de bipolaridad.
Este terapia, como su nombre lo indica, es una fusión de
dos enfoques que antes estaban separados. La parte conductual
del programa se aboca a la implementación de pasos concretos
a ser llevados a cabo por el paciente, tales como programar actividades
físicas y/o agradables, o la enseñanza y práctica
de técnicas de relajación. El componente cognitivo
tiene que ver con la detección del tipo de pensamientos
e ideas más frecuentes durante los episodios anímicos
y de qué forma tales pensamientos pueden contribuir a exacerbar
los síntomas; posteriormente se enseñan estrategias
para modificar los pensamientos contraproducentes y así
evitar que influyan negativamente en el ánimo.
En la terapia C-C el terapeuta es como un coach o entrenador personal
cuya función es la de ayudarte a desarrollar habilidades
que te permitan enfrentar mejor las dificultades asociadas a tus
síntomas y problemas principales. El énfasis está
puesto en la práctica de dichas habilidades, así
que hay mucha tarea para la casa!
A diferencia de la terapia C-C estándar, el programa diseñado
para la bipolaridad incluye módulos adicionales. Por ejemplo,
se enfatiza la educación acerca del uso de los fármacos
y la importancia de mantener el tratamiento de manera constante.
También se incluye un plan para la detección temprana
de síntomas que regresan (tal como en la detección
prodrómica). Además se incluyen técnicas
de reducción del estrés y habilidades de comunicación
y de resolución de problemas.
5.
Terapia enfocada en la familia
Esta terapia ha sido desarrollada por el Dr. David Miklowitz,
quien ha dedicado muchos años a la investigación
y desarrollo de este modelo. La premisa básica aquí
es que el trastorno bipolar no afecta sólo a quien sufre
los síntomas, sino que los otros miembros de la familia
también se ven afectados. Por otro lado la influencia de
los miembros de la familia puede incidir en la aparición
de episodios anímicos, de manera que se busca que las interacciones
familiares disminuyan la probabilidad de recaidas.